Primero, algunas singularidades de estas elecciones:

 

– Las convoca un gobierno que sabe que su partido quedará en último lugar.

– La participación podría rozar una de las cotas más altas en este tipo de elecciones: en las encuestas supera el 80%.

– La situación del votante para el 21D es singular: groso modo, el rango del se podría clasificar en:

 

Independentista fiel partidario de la DUI Independentista fiel contrario a la DUI Nacionalista catalán no independentista No independentista y tampoco constitucionalista Constitucionalista no partidario del 155 Constitucionalista fiel

 

La campaña influirá poco en los extremos (en los fieles). En el resto de categorías, las distintas variables influirán en distintas direcciones, dando lugar a distintos trasvases de voto.

– Por la desproporción que hay entre votos y escaños, es muy posible que quien acabe liderando el gobierno no sea la opción más votada.

– Todo apunta a que el 21D podría arrojar un resultado que retrase la formación de gobierno.

– Gane quien gane, y aún cuando sean resultados similares, nada será igual que antes del 21D.

Las elecciones del 21D están llevando a debate público temas que tienen relevancia más allá de las fronteras autonómicas y nacionales: la posverdad, la consistencia de la Unión Europea, la globalización, el secesionismo, la propaganda en red… Son cuestiones sobre las que lo que pase el 21D aportará datos de gran interés.

 

 

  1. ¿Cómo afectará la recolocación de cleavage de voto?

 

En esta campaña el eje tradicional izquierda-derecha se traslada al de independentismo-constitucionalismo; pero lo que es nuevo en Cataluña es el intento del independentismo (donde están presentes fuerzas de raíz conservadora) de atribuir al constitucionalismo (donde está presente la izquierda) el carácter de “fascismo” y “franquismo”. Esta estrategia puede fallar si la etiqueta que se atribuye al rival no coincide mucho con lo que el “espectador” ve y experimenta; proyecta la sensación de que se está desesperado por ganar las elecciones.

¿Qué resultados tendrá esta estrategia el 21D?

 

  1. ¿Qué frames pesarán más en el votante?

La estrategia de mensaje del independentismo ha pasado del “derecho a decidir”, al problema de “un gobierno represor”, “antidemocrático”, “que encarcela”, y “reparte porras”. Pocos argumentos se escuchan ahora sobre la independencia. Además, en el intento de internacionalizar el conflicto, el independentismo se mueve entre azotar a Europa (“no puede mirar para otro lado ante esta opresión”) y su alabarla.

¿Qué pesará más en el electorado, el “gobierno español represor” o la fuga masiva de empresas? ¿El “gobierno español represor” o el incremento del paro en Cataluña? ¿El “gobierno español represor” o el no reconocimiento internacional de la independencia? ¿Cómo le saldrá al independentismo la internacionalización del conflicto? Todo esto influirá en las franjas de votantes no fieles, es decir, no plenamente identificadas con el independentismo o con el constitucionalismo.

 

  1. ¿Habrá efecto de espiral del silencio?

Hay datos que afirman que el constitucionalismo habla más bajo, es menos activista, comparte menos con su entorno las preferencias políticas, … y así, queda silenciado –e incluso absorbido- por quien grita más. Pero determinados sucesos pueden explicitar a los silenciados. Se ha dicho que las manifestaciones en Barcelona a favor de la unidad de España es como “el grito de una mayoría silenciosa sobre la minoría ruidosa”.

¿Estará el voto cautivo de la mayoría silenciosa escapando a las encuestas, cómo ha ocurrido en otros comicios? ¿Pueden estar silenciados los independentistas no partidarios de la declaración unilateral de independencia? ¿O los constitucionalistas no partidarios del 155?

 

  1. ¿Cuánto moverá el voto el superar los efectos la disonancia cognitiva?

Como nuestra mente no soporta informaciones contradictorias (por ejemplo, si soy fumadora empedernida fumo acallando en mi mente eso de “fumar mata”), tendemos a interpretar lo que pasa seleccionando (escuchando y recordando) la información que más nos gusta. Por eso, donde el independentismo ve “presos políticos” el constitucionalismo ve “infractores de ley bajo medidas cautelares”; mientras que el independentismo atribuye a “la agresión del 155” la culpa de la pérdida de la candidatura para la Agencia del Medicamento, el constitucionalismo lo hace “al desastre provocado por los independentistas”; mientras que el independentismo piensa que “las empresas se van porque el gobierno central les ha impulsado” el constitucionalismo considera que es el efecto del “desastre de gestión del gobierno catalán independentista”.

¿Cuánto voto independentista no fiel modificará su manera de ver las cosas y se trasladará a otros “cajones”? ¿Cuánto atenderá a la mala situación económica de Cataluña, atribuyendo a ésta la causa que atribuye el independentismo fiel?  ¿Cómo se moverá el voto constitucionalista entre las distintas franjas?

 

  1. ¿Será Cataluña uno de los casos que, junto a Estados Unidos, ocupe el lugar de “pioneros” en los futuros manuales de propaganda política  en red? 

 

Hay datos que muestran que, en la conversación en red sobre el conflicto catalán, están actuando cuentas falsas o anónimas, creadas para hacer resonancia del mensaje independentista; muchas de ellas controladas por Rusia y Venezuela. El conflicto independentista catalán ha llevado a la agenda de la OTAN y de la política de seguridad de la Unión Europea la necesidad de protegerse de los ciberataques.

¿Estarán activas, cuánto, y cómo pueden afectar en el voto esas injerencias?

 

  • Una pregunta se presenta como clave: ¿Qué reflexión merece el 21D sobre la Comunicación Política en una sociedad de posverdad?

Descargar artículo: CANEL.5 preguntas que el 21D contestará a la Comunicación Política