En su primer discurso ante el Congreso, el presidente ha apostado por este color y no por su habitual prenda roja, un cambio que parece formar parte de una estrategia política.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suavizó este martes el tono en su primer discurso ante el Congreso, alejándose así del estilo abrupto al que acostumbra. El cambio se notó en sus palabras, pero también en su vestimenta, y es que el magnate dejó en el armario su habitual corbata roja para lucir otra azul marino con rayas blancas. No es la primera vez que el republicano apuesta por este color —en el debate contra Hillary Clinton de septiembre también lo hizo—, pero todo apunta a que, al menos en este caso, su ‘look’ no fue accidental. «Estas decisiones se toman», asegura María José Canel, Catedrática de Comunicación Política de la Universidad Complutense de Madrid y experta en lenguaje no verbal.

Dicha intencionalidad se refleja en las corbatas que eligieron los dos republicanos situados junto al presidente durante el discurso, Mike Pence y Paul Ryan, ya que ambos también vistieron prendas azules. Su partido tiende a identificarse con el rojo y el de los demócratas con el azul, por lo que resulta poco probable que los tres escogiesen este ‘look’ por casualidad. «Parece indicar que es una decisión de corbata que entra dentro del conjunto del discurso que, ante un Capitolio claramente dividido y en un contexto de mucha controversia en torno a su política, han querido presentar a un presidente más apaciguador, que busca más la paz de lo habitual», explica Canel.

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Autor: Pablo Gabilondo